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#KayakeandoRD: “Playa Blanca de Azua”

Colaboración: Ariel Durán @kayakerosdelcaribe 

La Atenas del Sur, como también se le conoce a la provincia Azua de Compostela, es una de las joyas de nuestra hermosa isla. A tan solo una hora de camino desde la capital nos encontramos con la Bahía de Ocoa, tesoro de Azua, cuyas playas vario pintas nos deleitan con los colores grisáceos del Palmar de Ocoa, amarillentas de Playa Caracoles y blancas de Playa el Barco.

Acampando Bajo la Luna de Sangre

A vísperas de un evento poco común llamado la “Luna de Sangre” teníamos la necesidad de alejarnos lo más posible de las luces de la ciudad para poder apreciarlo con nuestro telescopio y a la vez aprovechar la oportunidad para acampar y kayakear. Fue así como decidimos acampar en Playa Blanca, una playa perfecta para el camping por dos razones: su acceso es limitado por su escarpado camino y también cuenta con guardaparques que brindan seguridad a los visitantes.

El camino hacia Playa Blanca es parecido a entrar a una pequeña exposición de arte natural donde inicias atravesando verdes cultivos y cañaverales alimentados por pequeños ríos de agua transparentes, una escena que se repite hasta que llegas a Playa Monte Rio. Allí inicia el enigmático arcoíris de colores con su arena gris osadamente contrastando con el intenso azul de la Bahía de Ocoa. Al continuar, llegamos a Playa Uvita 1 con sus arenas amarillas celosamente custodiadas por hermosos acantilados que sirven de miradores de la bahía. Justo al lado está Playa Uvita 2 preferida por los bañistas locales por tener poca profundidad, arenas amarillas y ser de fácil acceso en vehículos. Siguiendo el camino llegas al puesto de los guardaparques donde puedes iniciar tu caminata hacia Playa Blanca.

Desafiando la ley de Murphy – Llegar por tierra o por mar

Llegamos a este punto rondando las 5:30 pm y con todos los corotos aun arriba nos planteamos la siguiente pregunta… ¿Llegamos a Playa Blanca por TIERRA o por MAR? La ley de Murphy establece que si algo puede salir mal saldrá mal y ante el reto de llevar por el accidentado y difícil camino hacia Playa Blanca todas las cosas para el camping de 3 dias vi como una buena opción llevar las mas pesadas en los Kayaks. Solo puedo decir…. “Pa’ que fue eso”. Murphy se aprovecho de mi improvisada decisión.

En mi mente todo iba perfecto, a las 5:30 pm el primo llevaba todo lo pesado debidamente acomodado en uno de los kayaks e inicio su travesía de un kayakeo que teóricamente, por la distancia, iba a durar media hora. Que ingenuo fui. Cuando iba a menos de la mitad del viaje el mar hizo su jugada magistral, el viento cambio de dirección, arrecio y con ello vinieron las olas. Oscureció en un santiamén a la vez que el kayak con la carga se desato del kayak guía. Ya era muy tarde para encontrar un bote y rescatarlo y la brisa se lo llevaba lentamente al centro de la bahía. Había que abortar la misión.

Cuando por suerte entro una de las tantas llamadas que le hicimos al primo a su cel., aprovechando que ya tenia el kayak nuevamente amarrado le pedí que dejara de avanzar hacia Playa Blanca y que llegara con las fuerzas que le quedaban a la orilla del cacho entre ambas playas. Ya era de noche, pero por suerte había luna llena y nos dirigimos a encontrarlo en la orilla. Sonaba fácil en teoría, pero encontrar un camino hacia esa orilla entre todo ese bosque de cambronal (full de espinas) y los manglares era equivalente a entrar en un laberinto. Nuestra esperanza era encontrar algún camino que los pescadores usaran para llegar a ese punto. Después de probar varios caminitos improvisados, casi gatear entre arboles de cambronal y sortear la barrera de corales llegamos a la orilla. Ahora el reto era encontrarlo caminando entre esa playa de piedras y corales. Al dar finalmente con el exhausto kayakero no quería forzar y empeorar la situación aun mas así que pensé en devolvernos con todas las cosas por tierra, pero volver a cruzar por ese laberinto con 2 kayaks encima y todo lo que llevaban era misión imposible. Y así empezó nuestra procesión por la orilla semi-escabrosa de ese cacho a la luz de la luna llena.

Desafiar la Ley de Murphy por lo menos nos dejo un beneficio inesperado. Cuando ya nos encontrábamos llegando a Playa Blanca entre sus manglares, bañados por la luz de la luna llena y el foco de mi celular divise un pulpo de alrededor de 4 libras frente a mí. Al verme, ese pulpo asumió una postura agresiva y cambio su color a azul eléctrico y por sus sifones me arrojo varios chorros de agua en modo de advertencia.

No iba a dejar escapar esta oportunidad, así que ubique y agarre una roca mediana detrás de mí, todo esto sin dejar de aluzar al pulpo. Calcule como pude y le arroje la piedra y logre aprisionarlo. Fue una experiencia de cacería que siempre recordare por lo fortuito y emocionante que fue.

El amanecer de Playa Blanca

Amanecer en Playa Blanca con sus manglares a la izquierda y su hilera de fina arena blanca a la derecha es una invitación inmediata a darse un chapuzón y a esnorkelear, claro está, después de un buen café. Arrancamos el día con una caminata por toda Playa Blanca para calentar los músculos. Después de preparar los kayaks partimos a “Remar el Paraíso”. Temprano en la mañana siempre será el momento más idóneo para kayakear debido a la ausencia de vientos y olas. Aprovechando estas condiciones remamos hasta el punto de la bahía donde Playa Blanca, Playa Monte Rio y Playa el Barco están en tu rango de visión. Encontrarse bajo el manto del intenso azul del mar profundo y con las 3 playas a tu vista eran los indicadores de aventura que perseguíamos.

Una vez que remamos toda la extensión de la playa y absorbimos todos los matices era el momento de hacer lo mismo, pero debajo del agua. Era momento de esnorklear. Los Kayakeros tenemos una forma interesante de hacer esnorkling que llamamos Uber Kayak. Consiste en ponerte a esnorklear agarrado del kayak y ser llevado por un paseo acuático por todo el litoral. De este modo recorres en minutos lo que por tu cuenta te tomaría horas. Descarga en nuestro bio link nuestro reciente APP “Uber Kayak” ? y vive esta experiencia.

Aprovechando que el mar espejeaba de lo plano que estaba emprendimos la travesía hacia el 5to elemento de la bahía de Ocoa…. Playa el Barco. Todavía no se el porque de su nombre. Al preguntarle a algunos locales comentan que existe un barco hundido cerca de esa playa y por consiguiente el nombre. De lo que si estoy seguro es que la travesía hacia Playa el Barco esta marcado por una impresionante pared de acantilados en cuyas secciones a nivel del mar se han creado mini cuevas producto del fuerte oleaje. Pasar en Kayak al lado de estas cuevas nos brinda una experiencia audio visual de lo poderoso e impresionante que es el mar hasta durante tiempos calmados. La travesía hacia ella también nos presenta con la linda sorpresa de encontrar una mini playa que da la sensación de ser una ensenada para piratas.

Regresamos de Playa el Barco justo antes de que el viento arreciara y el mar caribe exhibiera su carácter revoltiao e indomable. La tarde dio paso al evento esperado de este viaje, el eclipse de luna de sangre. A este eclipse se le confiere su nombre debido a que durante el eclipse las únicas ondas de luz del sol que alcanza la superficie lunar son las infrarrojas las cuales la bañan de un color rojizo pálido.

Al ser luna llena, en le firmamento solo impera ella. Mas cuando llegó el momento del eclipse, la noche se llenó de bruma y las estrellas tomaron protagonismo. Es todo un espectáculo ver esa transición estelar estando acostados en camas inflables justo a la orilla del mar y después ver la luna apagar su blanquecina y pálida luz y lentamente prenderse en un tenue rojizo difuminado cediendo momentáneamente en el proceso su spot light a las estrellas en el firmamento.

Despidiéndonos del Paraíso: Después de dos dias kayakeando, esnorkleando y acampando en el paraíso era momento de recoger y despedirnos. Era la oportunidad perfecta de por lo menos empatar el marcador con Murphy que al momento iba 1 a O ganando él. De modo que recogimos lo esencial y mas pesado, lo montamos en uno de los kayaks y esta vez me fui yo remando. Con el Kayak fletao’ me dirigí a Playa Uvita 2, nuestro punto de reembarque, y me despedí de Playa Blanca. Solo dos cosas negativas habría que comentar de ella que le restan su belleza que son el sargazo y la basura, así como el cementerio de conchas de lambi que se amontonan por la pesca indiscriminada.

Nos despedimos del paraíso con una ultima aventura que Azua nos podía brindar. Después de 3 dias de mar era justo un poco de agua dulce, así que nos dirigimos a Salto Grande localizado adentro en las montañas entre Estebania y las Charcas. Este es uno de los saltos donde literalmente te puedes parar de pie bajo su cause cuya profundidad nos asciende más allá de las rodillas.

Sin lugar a dudas Kayakear, Acampar y Esnorklear Playa Blanca de Azua es vivir el Paraíso.

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Comments (1)

  1. Waooo lo amé, me traslade hasta allá con solo leer esta hermosa historia ?

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