Nuestros Océanos /Por: Jonathan Delance
En la República Dominicana el uso sostenible de la biodiversidad es un desafío importante para el desarrollo de cualquier actividad económica, la biodiversidad representa la riqueza del patrimonio natural y es la garantía de que los ecosistemas sean saludables para brindar los distintos servicios ecosistémicos imprescindibles para las distintas actividades de desarrollo.
Partiendo de esta realidad y reconociendo la importancia económica y social que puede derivar el turismo, el estado dominicano visualiza una iniciativa sensata tendiente a buscar alternativas de desarrollo turístico que aprovechen la biodiversidad como una oportunidad para el desarrollo sostenible. En el caso dominicano, la mayor parte del turismo es de “sol y playa” aprovechando principalmente la belleza escénica que brindan las aguas cristalinas y arenas blancas en los ambientes costeros, paradójicamente, la biodiversidad de la costa ha sido poco trabajada en territorio dominicano a pesar de ser una isla, por consiguiente la gestión de los recursos costeros y marinos no ha alcanzado los niveles de efectividad deseados.
Es en este sentido que surge la iniciativa del gobierno dominicano en conjugar el proyecto Biodiversidad Costera y Turismo e implementarla a través del Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales y el Ministerio de Turismo con el apoyo del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo y el financiamiento del Fondo para el Medio Ambiente Mundial con aproximadamente US$2.8 Millones.
El proyecto plantea dos objetivos estratégicos: (1) Lograr un marco político, legal y de planificación que se ocupe de las vulnerabilidades directas o indirectas a la biodiversidad derivadas del desarrollo y actividades del turismo costero y (2) Lograr un marco operativo efectivo para la conservación de la biodiversidad y los ecosistemas en zonas altamente vulnerables a los efectos indirectos del desarrollo turístico. En términos más sencillos el proyecto plantea generar cambios sistémicos y otros operativos poniendo a prueba parte de los instrumentos generados en dos provincias piloto, Samaná y Montecristi.
Al momento ha logrado presentar instrumentos muy importantes entre los que podemos citar (i) Guía para la elaboración o actualización de planes de ordenamiento territorial turístico con consideraciones a la biodiversidad, (ii) Plan de regularización de negocios turísticos, (iii) Propuesta de regulaciones para actividades turísticas con enfoque a la sostenibilidad, entre otros/as instrumentos, guías o mecanismos.
En las provincias de Samaná y Montecristi se ha trabajado en acuerdos con el sector privado de turismo en la reducción del plásticos de un solo uso y en la incorporación de buenas prácticas sostenibles, además, en la creación de atractivos en las áreas protegidas, modelo de gestión para el uso público en Cayo Arena considerando la capacidad de carga, monitoreo de especies y ecosistemas costeros, programas de restauración costera, programas de educación en las escuelas, actividades artísticas alusivas al turismo y la biodiversidad costera, medios de vida turísticos sostenibles para las esposas de pescadores, entre otras actividades de impacto.