Se ha popularizado una campaña a través de las redes sociales, denominada «Cero Foam», con la que se busca que los envases plásticos a partir de poliestireno (6) por su código de resina sean prohibidos por ley, debido al daño que les están causando a los océanos y a las aves, perjudicando a su vez la vida humana.
Muchos de estos productos son livianos, por lo que el viento los arrastra fácilmente y terminan en canales y desagües pluviales, incluso cuando se eliminan “adecuadamente”. También son muy frágiles, por lo que cuando se ensucian, se rompen rápidamente en trozos cada vez más pequeños, haciendo imposible la limpieza.
Una vez ingresan en agua dulce y ambientes marinos, muchos de estos productos pueden matar peces y otros animales salvajes porque se parecen a los alimentos y causan asfixia o inanición si se ingieren. No se pueden reciclar y, aunque la industria del plástico ha intentado implementar programas de reciclaje de este, son simplemente demasiado caros para ser implementados de manera significativa.
La mayoría de los programas de reciclaje locales no aceptan recipientes de alimentos hechos de poliestireno y otros plásticos no reciclables porque contaminan el reciclaje y a menudo se tiran accidentalmente en el transporte.
Alrededor del mundo, estos productos son extremadamente costosos para los gobiernos locales, algunos de los cuales están obligados por ley a tener programas de basura “cero” en vías fluviales deterioradas, por lo que en muchos países se han prohibido definitivamente.
Las limpiezas de costas cuestan tiempo y dinero y, sin embargo, siguen siendo ineficaces. Para poner fin a este tipo de contaminación plástica, el poliestireno y otros desechos plásticos no reciclables deben detenerse en su origen.El material de envasado de alimentos alternativo que es compostable o reciclable es rentable y, en algunos casos, más barato que los envases de poliestireno.
Por eso, esperamos que se sean escuchados estos reclamos, para que podamos lograr una República Dominicana con cero foam.