Por Someira Zambrano.
Tanto los ciclones tropicales, incluidos los huracanes, y los arrecifes coralinos se dan a lugar en el trópico y han coexistido por millones de años.
Dependiendo de la categoría del huracán, un arrecife puede recuperarse con el pasar de los años, pero su tasa de recuperación es altamente afectada por las perturbaciones del entorno: contaminación, sobrepesca, anclajes, desarrollo costero, entre otros.
En la cara negativa de la moneda se puede mencionar:
- Ruptura mecánica debido a las olas y fuertes movimientos del agua a causa de los vientos, que trae como consecuencia la pérdida de cobertura de coral vivo y rugosidad del arrecife.
- Acumulación de sedimentos, basura y otros objetos sobre el arrecife, provenientes de la costa debido a las fuertes inundaciones.
- Aumento de nutrientes y cambios en la salinidad también a causa de la inundaciones que causa el desborde de ríos.
- Huracanes de alta intensidad ocasionan un declive abrupto de la cobertura de coral vivo, entre 15% hasta 60% (Gardner et al., 2005).
Para los programas de restauración coralinos los ciclones tropicales suponen un gran riesgo. Las estructuras de los viveros acuático pueden volcarse y dispersar todo el tejido de coral que estuvo allí creciendo por largo tiempo para ser trasplantado al arrecife. La reproducción sexual de corales también se ve afectada, ya que las piscinas de asentamiento de larvas de coral que están amarradas con boyas en el mar, podrían soltarse y sufrir daños. Los manejadores de estos programas tienen protocolos pre y post huracanes para minimizar los efectos.
En la otra cara de la moneda, todo no es malo. Algunos efectos positivos de los huracanes sobre el ecosistema, sobre todo cuando son de baja intensidad, son:
- Limpieza de la superficie del arrecife de sedimentos y remoción de algas a causa de fuertes movimientos en el agua, dejando el sustrato en condiciones que facilitan el asentamiento de nuevos corales y el crecimiento de los existentes.
- Promueve la reproducción asexual de corales, sobre todo en corales ramificados, por medio de la fragmentación (ruptura de una colonia de coral en varios fragmentos).
- Disminuir el estrés térmico en los corales. Sobre todo en verano, cuando la temperatura de los océanos aumenta y supone un riesgo de blanqueamiento, ya que los huracanes absorben la temperatura del agua por diferentes mecanismos.
En 2017, los huracanes categoría 5 Irma y María que pasaron con tan solo dos semanas de diferencia entre uno y otro, afectaron gravemente la costa norte causando el declive de los arrecifes de Banco Butuse y Banco Cuadrado en Montecristi. Antes de este susceso ambos tenían la más alta cobertura de todo el país.
Referencias:
- Wilkinson, C., Souter, D. (2008). Status of Caribbean coral reefs after bleaching and hurricanes in 2005. Global Coral Reef Monitoring Network, and Reef and Rainforest Research Centre, Townsville, 152 p. (ISSN 1447 6185)
- Pérez-Cervantes, Esmeralda; Pardo-Urrutia, Fernando; AlvarezFilip, Lorenzo; Secaira Fajardo, Fernando; Ruiz Alvarado, Claudia y Álvarez Rocha, Mariana. 2020. Daños causados por huracanes a los arrecifes de coral en el Caribe y su correlación con las características de los huracanes y los arrecifes. Iniciativa Mesoamericana de Rescate de Arrecifes – MAR Fund, UNAM and The Nature Conservancy
- Steneck R., Torres, R. (2019). El estado de los arrecifes de coral de la República Dominicana. Programa Nacional de Monitoreo de la Salud Coralina – Fundación Propagas, Reef Check RD y la Universidad de Maine.