Por Carlos Batista y Miosotis Batista
Hemos hablado muchas veces de que República Dominicana tiene las mayores elevaciones del Caribe, ¿pero cómo contribuye esto a que muchos de fenómenos atmosféricos no nos toquen tan fuerte o simplemente se desvíen? .
Una de las razones principales por las cuales debemos cuidar nuestras montañas y preocuparnos porque se mantengan perfectamente forestadas, es porque aparte de ser nuestras fuentes de agua y aire, también son héroes silentes ante la llegada de las tormentas, ciclones, huracanes, o cualquier fenómeno que pueda afectar el territorio.
Gracias al Pico Duarte 3,087 msnm, La Pelona 3,085 msnm, La Rusilla 3,075 msnm, Alto Bandera 2,850 msnm, Pico Yaque 2,764 msnm, La Selle (Haití) 2,680 msnm, Loma Medianía 2,878 msnm, Pico Barraco 2,656 msnm, La Chorreosa 2,652 msnm, Pajón Blanco 2,630 msnm. Tenemos una pared que nos protectora.
El ambientalista Carlos Batista, explicó en detalle como trabajan las montañas para protegernos de grandes daños: “En vista del paso de la tormenta Dorian al este del país, destacaremos una de las tantas ventajas de que poseamos las mayores elevaciones del Caribe, veamos:
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1-Debido a la acción de las placas tectónicas que levantaron nuestras islas, nuestros sistemas de montañas tienen un sentido noroeste-sureste aprox. Esas mismas fuerzas provocaron que nuestra isla posea las 10 montañas más altas del Caribe (9 lado dominicano y 1 lado haitiano).
2-Por su elevación, constituyen una especie de “pared” que contrarrestan las ráfagas de vientos e inciden en la trayectoria y la fortaleza de los fenómenos atmosféricos que nos tocan.
3-Como estamos en el hemisferio norte del planeta, la incidencia de la rotación y el magnetismo de la tierra provocan que el sentido de giro de los huracanes sea contrario a las manecillas del reloj (efecto Coriolis). Esto hace que los vientos de aquellos fenómenos con trayectoria oeste-este tengan un sentido de impacto norte-sur (antes del paso del ojo) y sur-norte (luego del paso del ojo). Nota: hay excepciones a la regla.
4-Por ejemplo, un fenómeno atmosférico que nos impacte por el norte o noreste, sus efectos en el sur profundo serían muy pocos. Esto debido a que por el norte tenemos una pared de altura media llamada cordillera septentrional (elev. máx. 1,150 msnm) y luego una pared de gran altura llamada cordillera central (máx. 3,087 msnm).
5- Si un fenómeno atmosférico impacta a nuestro país por el sur, sus efectos se sentirían muy disminuidos en la región norte o Cibao. La razón es que desde el sur tenemos a sierra de Bahoruco (2,340 msnm), sierra de Neiba (2,230 msnm) y nuevamente la cordillera central (3,087 msnm).
6- En cuanto al este de nuestro país y la península de Samaná, al poseer montañas de baja altura (menos de 650 msnm) prácticamente no tienen incidencia sobre las fuerzas y trayectorias de los fenómenos atmosféricos.
Aquí el dato de las montañas más altas de las Antillas:
Rep. Dom.: Pico Duarte (3,087 msnm).
Haití: Pic la Selle (2,680 msnm).
Cuba: Pico Turquino (1,974 msnm).
Jamaica: Pico Blue Mountain (2,256 msnm).
Puerto Rico: Cerro de Punta (1,338 msnm).