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El caso de Juanita y cómo nos llama a la reflexión…

Por Stayci Toribio

Juanita era todo un emblema de la fauna marina dominicana, una manatí que vivía en el Acuario Nacional junto con otros dos: Pepe y Lupita. Recuerdo que la última vez que visité el acuario en el 2019, explicaban como Juanita y Pepe eran los inseparables porque fueron rescatados en el 2012. 

Juanita fue rescatada en junio del 2012 en las aguas de Bayahíbe, con más de 15 heridas de arpones que le causó un pescador. Pepe en noviembre de ese mismo año fue rescatado en el Río de Haina en condiciones igualmente deplorables. Ambos estuvieron bajo cuidados intensivos, recuperándose juntos y según los guías del acuario, fortaleciendo su lazo.

Casi una década después, en diciembre 2020, las autoridades del Acuario Nacional y el Ministerio de Medio Ambiente realizaron un operativo científicamente riguroso para devolver  a Juanita, Pepe y Lupita a su hábitat natural, especificamente a Bayahíbe, para que pudieran tener una mejor calidad de vida, ya que el estanque donde se encontraban era muy reducido. En el mes de junio del 2021 las autoridades decidieron retirar la malla que defendía a los mamíferos marinos para que pudieran desplazarse libremente por toda la costa. 

A partir de ese día empezó el viaje de Juanita. De los tres, fue la que más se aventuró, recorriendo kilómetros por los ríos de Salado, el Cumayasa, Higuamo y el Soco, a finales del 2021 sorprendió a todos cuando llega y se asenta en Santo Domingo, por aguas del Río Ozama y el Río Isabela. 

Necesitamos una legislación completa

En la tarde del sábado 20 de agosto 2022, el cuerpo de Juanita fue encontrado sin vida en las aguas del Río Isabela, sin signos de violencia física pero siendo víctima de la inconsciencia humana. 

Según especialistas, la muerte de Juanita fue causada por un infarto fulminante. Pero la necropsia reveló que los desechos sólidos que producimos los seres humanos están en todos lados.Encontraron en su estómago restos de plástico: guantes, globos, entre otros. 

Esto nos da a demostrar la necesidad urgente de voluntad política y mecanismos de fiscalización a los residuos sólidos, específicamente al plástico de un solo uso, pero además nos invita a reflexionar sobre cómo la ley actual se queda corta para su regulación.

En el 2020 el Congreso Nacional de la República Dominicana aprobó la Ley General de Gestión Integral y Coprocesamiento de Residuos Sólidos, también conocida como la Ley 225-20. La cual tiene como objeto “prevenir la generación de residuos, además de establecer el régimen jurídico de su gestión integral para fomentar la reducción, reutilización, reciclaje, aprovechamiento y valorización”. 

A pesar de esto la misma no establece metas claras que prioricen la reducción y prevención de los residuos plásticos en el país. El mecanismo que establece la actual ley no habla de plásticos de un solo uso, lo cual es preocupante porque estos representan más del 70% de toda la basura plástica marina.

Eliminar el plástico de un solo uso no es imposible, si se crean legislaciones que puedan crear condiciones estructurales, logísticas y económicas necesarias para que sean sustituidos, se podría reducir significativamente el tema de la contaminación marina en nuestros océanos.

El uso del plástico en nuestra vida diaria está destruyendo nuestro medio ambiente, inundando nuestras playas, mares y pasando a formar parte de la cadena alimentaria marina de una manera grave e irreversible, esta vez fue a Juanita pero esto traspasa a la salud humana.

Stayci N. Toribio

 

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