En bateyes y comunidades azucareras de Monte Plata, poco mas del 20% de las jóvenes de las escuelas secundarias pierde entre dos y tres días de clases al mes cuando tienen la menstruación por la falta de acceso a las toallas sanitarias. Mientras que otro 4.6% de las alumnas falta cuatro días o más a la docencia, al mes, por lo difícil que le resulta encontrar este producto de higiene personal. Este panorama es muy similar en otras zonas rurales y vulnerables del país.
En Repúblia Dominicana el costo de un paquete de toallas sanitarias es de aproximadamente RD$150. Si bien esto puede parecer poco, el ingreso diario promedio en esas comunidades es mínimo lo que significa que la compra de productos de higiene menstrual cada mes no es financieramente posible para miles de personas.
Sin acceso económico, muchas recurren al uso de métodos alternativos de higiene menstrual, como hojas, periódicos, trapos, algodón, trozos de relleno de colchaespuma e incluso barro. Estos métodos no solo no funcionan, sino que pueden provocar infecciones graves y malestar.
Las copas menstruales están hechas de silicona de grado quirúrgico y se insertan en la vagina para recolectar, en lugar de absorber, el líquido menstrual. A diferencia de los tampones y toallas sanitarias que contienen blanqueadores y productos químicos nocivos, las copas menstruales no tienen efectos secundarios negativos en el cuerpo.
Para las jóvenes tener una copa menstrual les permite asistir a la escuela todos los días del mes. Darle a una joven una copa menstrual significa que ya no necesita salir de la escuela para buscar una letrina durante el día, y que no necesita saltarse el desayuno para comprar toallas sanitarias.
Estudio: ONG, Batey Relief Alliance
