Por: Ariel Durán @kayakerosdelcaribe @xlsurfer
Desde el bucle casi infinito, ya a 5 meses del confinamiento de la cuarenta, una ligera brisa me aviva el recuerdo de un kayakeo en la presa de Valdesia. Mientras esa añoranza del singular y autónomo contacto con la naturaleza me hacía recordar el sonido de cada remada y la vista de imponentes montañas en el horizonte, pienso en que kayakear en sí mismos es una forma de distanciamiento social. Y de tanto querer volver a Kayakear me cruzo por la mente una pregunta… ¿Cómo kayakeaban los Tainos?
Los Tainos llegaron desde Sur América a Quisqueya remando en grandes canoas huyéndoles a la temida tribu Caribe. Por su diseño y limitaciones las canoas no son tan populares hoy en día como los kayaks debido a los avances en la tecnología de fabricación, bajo costo y versatilidad. Mientras la palabra canoa es netamente Taina, la palabra Kayak pertenece a los inuit de Alaska. Originalmente los kayaks eran embarcaciones de piel de ballena y estructura de madera, mientras que las canoas eran talladas de grandes troncos de madera de una pieza. En la actualidad los kayaks son utilizados para la pesca deportiva en mar y lagos y ampliamente utilizado para la diversión y esparcimiento en ríos bravos, calmados, mares y lagos.
Sin dudas, una de las experiencias más excitantes es kayakear un sit on top kayak navegando un rio categoría uno, hasta llegar al lago que la represa. Esta emocionante experiencia la puedes vivir en el rio Nizao a la altura de Muchas Aguas de San Cristóbal, donde sus fuertes corrientes te llevaran por un extenso y rápido zigzagueo hasta llegar kayakeando a las apacibles y calmadas aguas de la presa de Valdesia donde el solo hecho de contemplarlas te transportan a un estado de paz estilo Zen.
Y es que estar rodeado completamente de agua, sentir el vaivén de la brisa, ser impulsado por las olas y escuchar el remo empujar el agua, mezclado con el canto de las aves que sobrevuelan durante la travesía y tener por horizonte la cordillera central sin duda alguna forjan vivos recuerdos y llenan de sentimientos dignos de revisitar especialmente estando en cuarentena. Esa es la sensación que da kayakear en la presa de Valdesia para luego acampar en sus orillas junto a amigos alrededor de una fogata.
Mis amigos aventureros que han tenido la oportunidad de compartir con nosotros esta experiencia pueden hablarles mejor sobre la sensación de kayakear:
Para conocer lugares donde comúnmente se practica este deporte puedes entrar a https://www.godominicanrepublic.com/interactive-map y elegir el filtro “watersports” para ver a nivel nacional donde se puede kayakear.
Kayakear en playa, mar abierto, rio y lago tienen su encanto, más la combinación de ellos tienen un encanto agregado como por ejemplo bajar remando el rio Yuma y llegar a la playa de Boca de Yuma. Sin embargo, es importante tener en cuenta las previsiones de seguridad para evitar riesgos mayores como quedar a la deriva en el mar por una corriente de resaca, quedar atrapado en un salto hidráulico en un rio o ser sacado de curso por fuertes chorros de aire en un lago. Para disfrutar al máximo de este divertido deporte con total seguridad y fuera de los resorts tradiciones le recomendamos los servicios de Kayakeros del Caribe.
Un buen ejemplo de nuestros servicios es el tour a un paraíso escondido al norte de Santo Domingo a solo 35 minutos de la estación del metro Mama Tingo, donde se puede disfrutar de un apacible Kayakeo y una refrescante caminata en medio de la naturaleza. Este tesoro se llama el Parque Nacional Humedales del Ozama. En Kayakeros del Caribe te llevamos a kayakear a la Laguna Manatí ubicada en este parque, a caminar por hermosos senderos que conectan con otros lagos y a disfrutar de un rico BBQ en el confort y tranquilidad de grupos pequeños o familiares.
Finalmente, existe un lugar en Bayahibe al cual hay que ir a kayakear y a acampar o mejor dicho “#kayakampar” a modo de celebración por la reciente revocación del permiso de construcción en el Parque Cotubanama. Estoy deseoso de poder remar sus bellas aguas verde turquesa, respirar su fresco aire de mar y montar mi casa de campaña en sus blancas arenas de playa en compañía de mis amigos y familiares.
Referencia: Moya Pons, Frank (1998). Markus Wiener Publishers, ed. The Dominican Republic: a national history (en inglés) (ilustrada, reimpresa edición). p. 543. ISBN 9781558761926.
Es una experiencia muy, pero muy diferente, y más cuando se combina con acampar al final de una jornada en kayak, lo digo por experiencia propia, ya que suelo pescar, y acampar en la bahía de Luperòn, y para ser agua salada, es uno de los lugares más divertidos y seguros para realizar esta actividad, más bien un estilo de vida.
Hola, si, la verdad es que es una experiencia única. En algunos días estaremos haciendo en esa zona.
Todo aquel que se quiera volver a enamorar de la naturaleza debes vivir estas experiencias, es algo que te renueva te llena de nuevas energías y sobre todo te hace descargar las ideas negativas por problemas y al mismo tiempo que vives lleno de adrenalina hace que lleguen las nuevas ideas y el lado positivo de ver las cosas. Incluso sirve hasta para enamorarse envuelto en la paz que te sirve la tierra atraves de sus aguas árboles y las aves que te acompañan en el transito. La verdad es súper diferente.