Por: La Asociación Comunitaria de Ecoturismo Salo EL Limón y Foto Ambiental de Samaná
En la cabecera de El Salto del Limón arden las llamas. Aprovechando quizás la nubosidad de polvo del Sahara, se prende fuego. ¡Han quemado de nuevo miles de tareas, por tercera vez en el lapso de seis semanas! Estos incendios que asolan el Salto, dilucidan que son intencionados e irreparables, y, por lo tanto, un crimen ecológico.
¿Quiénes son los culpables? Claro está, aquel que prende el fuego. Pero, aunque lo identifiquen (ya han identificado a los responsables de los otros incendios), ¿por qué no es juzgado severamente? ¿Dónde está el ejemplo, para que no siga sucediendo? El delito se queda impune.
No se sabe todavía quién fue / quienes fueron, según las autoridades responsables del área (sede provincial del Ministerio del Ambiente) siguen indagando. La gente local conoce o por lo menos sospecha quien pudo haber sido. Son los lugares vulnerables que todos conocen, donde casi siempre pasa. El que calla otorga. ¿Culpables? ¡Qué va! Hay otros pequeños incendios que se van realizando de poco a poco en el área, “para que no se den cuenta”, pero que va devastando el área protegida de la misma manera, como las respuestas sin sentido, que nos dan las autoridades, como nos da la gente de la zona.
¿Y quiénes son “las autoridades”? Todos señalan a “Medio Ambiente” (¿porque es el que cobra las entradas?), pero…. ¿qué pasa con la Alcaldía, las diferentes iglesias, los sindicatos, los dueños o usuarios de las tierras que abarca el Salto? No se oyen las voces, solo se ven llamas.
Disculpen, se nos olvidó que estamos en elecciones. Se nos olvidó que el corona virus tiene a las “autoridades” atascadas. No conviene, otro crimen impune y las llamas siguen, quemando el futuro de todos.