Por: César Jiminian @salpimientaycarretera
Para ser específicos, un kilometro y medio es el área territorial del Cabo Francés Viejo y sin embargo, no tiene nada que envidiarle a otras zonas conservadas. La belleza es indudable y la armonía que se siente en las diferentes partes que conforman este Monumento Natural, le aporta buenas calificaciones a la hora de pensar en él.
El Cabo Francés Viejo fue declarado primero como parque nacional en 1974 y, en 2009 monumento natural. Está ubicado en el hermoso municipio de Cabrera de la provincia María Trinidad Sánchez, una de las zonas cársticas1 del país.
Este maravilloso lugar ofrece diferentes escenarios para disfrutar de las bondades de la zona nordeste de la República Dominicana: Una solitaria playa a la cual se llega por un camino de piedras y que acoge en su orilla las olas de un océano Atlántico que revive las pasiones por el azul bravío; un acantilado que visto desde cualquier ángulo resulta una asombrosa maravilla; una vegetación variada y representativa de la zona; una fauna llena de misterio aportada por las Maura y una estructura de más de 150 años y que se ha convertido en imagen del parque: el Faro de Cabo Francés Viejo.
Todos estos elementos forman el lugar perfecto para una terapia de desconexión y de contacto puro y simple con la naturaleza. A pesar de su cercanía con la carretera Cabrera-Rio San Juan, las olas del Atlántico ahogan cualquier sonido ajeno a la vida silvestre.
A veces nos abruma el día a día y necesitamos escapar a todo eso, quitarnos el traje de superhéroe y vestirnos de fragilidad; sentir el contacto de la hierba baja nuestros pies descalzos, escuchar los consejos de la brisa marina que nos guía hasta la terraza natural que se forma en el Cabo.
Desde que decides internarte en la caminata vas dejando atrás cada problema, pero para esto debes tener la disposición de aprender, aprender a estar solo contigo y escuchar el llamado de la madre naturaleza.
Ante ti se va abriendo un camino de esperanza, con árboles frutales y medicinales, de helechos y arbustos, todo esto dentro de 1,5 kilómetros cuadrados dispuestos para ti. Los almendros han hecho con sus hojas secas una alfombra sonora para que pasees por ellas, las margaritas ofrecen sus colores para darle vida a la caminata de aproximadamente 10 minutos.
La poca cantidad de visitantes que recibe esta área protegida le añade un toque especial para poder llevar a cabo una verdadera excursión interior y exterior.
Ve ligero de equipaje para que puedas relajar la mente y el cuerpo. Al estar liberado cosas materiales podrás enfocar tus sentidos a conocer y vivir una experiencia sensacional.
Y cuando llegues a la llamada terraza de “El Cabo”, busca un lugar donde sentarte y respirar profundamente, abriendo el pecho y exhalando cualquier pensamiento que te agobie.
Disfruta, respira y respeta la naturaleza en su forma simple… haz contacto con el suelo, cierra los ojos y reinicia tu ser.
Disfruta de la magia de Cabo Francés Viejo, un lugar para meditar.
1 Zonas Cársticas: Sistemas montañosos formados enteramente de roca calcárea o caliza. Las regiones cársticas tienen la peculiaridad de sufrir transformaciones en sus rocas al ser disueltas por el agua.