Tras el lente de Timoti
La especie es residente reproductor en la isla y endémico de las indias occidentales.
Su nombre científico es Dendrocygna arborea; hace algunos años, la Yaguasa era uno de los patos silvestres más comunes en ríos, arroyos, lagos y pantanos de República Dominicana, pero sus números han reducido drásticamente por la caza excesiva, el cambio climático, la contaminación y la pérdida de su hábitat. La especie está considerada vulnerable a la extinción por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).
La Yaguasa se alimenta activamente durante la noche y descansa en la vegetación profunda durante el día. Anteriormente en La Vega, Sánchez Ramírez y San Francisco de Macoris, se podían observar grandes bandadas con mayor regularidad, temprano en la tarde, salían de pantanos de agua dulce, del rio Camú y Yuna, donde descansaban durante el día, para ir a sus lugares de alimentación nocturna en los arrozales de la zona y campos agrícolas, incluyendo población de palma real “Roystonea hispaniolana”.
Este pato ha sido atractivo para los cazadores furtivos y el consumo de su carne lo han popularizado en muchos pueblos del país, siendo esto un peligro para esta especie silvestre tan importante en nuestros ecosistemas.